En los últimos años, los hackers dejaron atrás los intentos aislados y empezaron a enfocarse en un blanco mucho más rentable, las aplicaciones que gestionan contraseñas. Estos servicios reúnen en un mismo lugar cientos de claves de un usuario, incluyendo accesos bancarios, correos, redes sociales y plataformas de compra. Por eso, cuando un atacante logra obtener la contraseña maestra, consigue abrir la puerta completa.
Expertos en ciberseguridad coinciden en que este método se convirtió en la forma más común de robo de credenciales. No solo porque centraliza información valiosa, sino porque el crecimiento en el uso de gestores los transformó en un objetivo irresistible. Millones de personas dependen de estas apps para no repetir contraseñas ni usar claves débiles, lo que elevó su atractivo para los grupos criminales.
Cómo obtienen la contraseña maestra
Una de las vías más utilizadas es el phishing, un engaño diseñado para presionar al usuario y hacerle entregar su clave principal sin darse cuenta. Los atacantes se hacen pasar por servicios legítimos, envían enlaces que copian la interfaz de gestores populares y capturan los datos ingresados.
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Otro recurso frecuente es el uso de malware especializado. Este software malicioso puede llegar oculto en archivos, formularios o anuncios falsos. Una vez dentro del dispositivo, registra lo que el usuario escribe, toma capturas de pantalla o extrae información directamente desde extensiones de navegadores y apps como 1Password, Dashlane o Bitwarden.
También aumentaron los ataques de fuerza bruta, donde herramientas automáticas prueban miles de combinaciones hasta acertar la contraseña maestra. Si la clave es corta, predecible o se parece a otras usadas por el mismo usuario, el éxito es más probable.
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Aplicaciones bajo ataque y métodos que sorprenden
Los gestores más conocidos no quedan fuera de la mira. En campañas recientes, grupos criminales distribuyeron anuncios maliciosos que redirigían a páginas casi idénticas a las oficiales. Allí pedían iniciar sesión y robaban la información en segundos.
Otra amenaza en crecimiento es la instalación de apps falsas que imitan a las originales. Pueden estar disponibles incluso en tiendas oficiales y están diseñadas para capturar la contraseña maestra o instalar código que permita extraer datos sin ser detectado. También existen casos en los que los delincuentes aprovechan fallas internas de los propios servicios, acceden a copias de seguridad cifradas y buscan vulnerabilidades para descifrarlas.
Aunque parezca un método antiguo, el espionaje en redes Wi-Fi públicas sigue siendo efectivo. En conexiones abiertas, los atacantes pueden interceptar datos y obtener claves mientras se ingresan en tiempo real.
Cómo protegerse de estos ataques
Los especialistas recomiendan crear una frase maestra larga y única, activar siempre la autenticación de dos pasos y mantener actualizados los gestores y navegadores. También es clave evitar enlaces sospechosos, descargar solo desde tiendas oficiales y revisar con atención el nombre del desarrollador.
La combinación de una buena contraseña maestra, un gestor confiable y un dispositivo protegido reduce significativamente el riesgo. Y, ante cualquier sospecha, cambiar la clave y activar alertas de seguridad puede evitar consecuencias mayores.
